Corazón enamorado
que no cesa de latir,
a veces lento y pausado,
otras rápido y acelerado,
con deseos de sentir.
Y de latido en latido,
un verso vuelve a nacer,
un poema piensa vivir
y todo cobra sentido
desbordándose el placer.
Y al haberte conocido
dejándome tu querer,
me veo como aturdido
y sin herida estaré herido
si no te volviera a ver.
(A. S. Pérez)