Qué salado quedó aquel mar…
Porque desde el inmenso cielo
miles de lágrimas cayeron
de tristes nubes al llorar.
Qué oscuro quedó aquel día
cuando al sol ya ni lo vieron
porque muy pronto se escondía
cansado de tanto brillar.
Qué brillo cogió esa estrella…
Qué brillo cogió esa estrella…
Porque muy de cerca te seguía
y queriendo sentirse más bella
tu mirada quiso copiar.
Qué triste el no tenerte sería…
Porque cuando cerca te siento
no puedo en ningún momento
dejarte de querer y amar.
A.S. Pérez