Ahora recuerdo…
Ahora me acuerdo y recuerdo,
que ya no hay nada…
No hay nada de aquel pilar.
De ese pilar que creamos
y que de amor llenamos,
que hacía hasta suspirar…
Ahora veo, y veo,
que ya no nos queda nada…
Solo un enfermo amor,
un amor que sin deseo,
solo regala dolor
y una vida trastornada…
No sé qué nos pudo pasar…
Hasta nuestras vidas dimos…
Y al entregar nuestros
corazones
que puros y limpios pusimos,
daban más de mil y una
razones,
mil y una razones para amar.
Todo lo quisimos dar
y de casi todo tuvimos.
Recuerdo aquel cantar,
recuerdo cómo vivimos
recuerdo nuestras canciones
y también el bienestar…
Tú, ya no eres quien me
amaba.
Ni yo, la misma que te
quería,
ni aquella que te cantaba…
Ahora ya no queda nada, nada…
Nada, nada queda de lo que
había.
Y hay momentos que por
dejarlo,
resignada en acabar y
terminarlo,
hasta mi propia vida cambiaría.
Pero no puedo, me falta valor.
Mucho sin un pilar
construimos.
Ahora he de vivir mi gran
error,
maldiciendo ese día en que
nos vimos
Európides
Hay muchas personas atrapadas
en relaciones que empezaron con mucha ilusión y deseo, pero que de esa ilusión
y ese deseo, por desgracia, ya no queda nada.
No ven solución y no saben qué hacer. Solo dejan que pase el tiempo esperando
que se pueda arreglar, que ambos puedan cambiar, pero lamentablemente, casi
nunca llega y viven el día a día de una vida que no desean ni quieren vivir…
A ellas, a estas personas, este pequeño homenaje y la solución a la situación
que viven, tal vez la dé, quien sabe, a lo mejor en otro poema…